Estaban una vez en un barco pesquero
dos baldes, uno tapado y el otro destapado, dentro había cangrejos, un hombre
le pregunta al laborioso japonés pescador el porque estaba tapado uno de los
baldes, el le contesta: “en ese balde hay cangrejos japoneses, ellos van
subiéndose uno sobre otro hasta que alcanzan el borde del balde y llegan a
salirse todos”. El mismo hombre aún con más curiosidad insiste en preguntar
sobre el balde que no esta tapado, contestándole el japonés: “en ese balde hay
cangrejos mexicanos, no hay necesidad de taparlos, porque en cuanto uno quiere
subirse para salir libre, otro lo jala hacia abajo”.
No quiero verme como un cangrejo
mexicano del cuento anterior, pero me veo presionado a hacerlo. Hace poco la
Secretaria de Hacienda y Crédito Público, perdonó los adeudos fiscales previos
a enero del 2002 a toda aquella persona que se dedique a la agricultura,
ganadería, pesca o a ser talamontes, así como a cualquier actividad relacionada
o conexa con las anteriores.
El texto explicativo decía algo así:
“Con el objeto de fomentar y procurar una más rápida recuperación económica en
el sector primario, se ha considerado necesario implementar un esquema que
permita a los contribuyentes dedicados a tales actividades hacer frente a los
adeudos fiscales que han generado con anterioridad”.
Las lecturas son obvias, pero lo que
esta detrás no lo es mucho. La lumbre le ha llegado a los aparejos al gobierno
ahora que el campo mexicano ha demostrado ser extremadamente vulnerable a la
competencia extranjera. El gobierno para calmar un poco los ánimos les da a los
afectados un “gran” alivio para sus penas y de paso se ve como el estado
benefactor “perdonavidas” que todos anhelamos.
Pero lo mas drástico del asunto es
que todos aquellos que ya pagaron sus impuestos a tiempo no serán beneficiados
con la medida, es decir, no les regresaran la lana, lo caído... caído exclama lolita. Así pues, una ves más, se
premia al evasor y se castiga al cumplidor.
Pero dentro de todo lo malo siempre
hay cosas buenas, y es que al parece con lo declarado el gobierno ha demostrado
y explicado con su declaración lo siguiente: el perdonar y no cobrar impuestos
es una forma eficiente de hacer crecer la economía. ¡Eureka!, ¡Hasta que les
cayo el veinte!, ¡El gobierno ha descubierto el hilo negro y el agua tibia de
la economía y el libre mercado!.
Hemos de esperar entonces que bajo
los principios de equidad que rigen nuestras leyes y a nuestra Nación se
promulguen ahora descuentos y exenciones de impuestos para todas las demás
ramas productivas aparte de las primarias. Para de esta forma ya salir de una
vez por todas del tercer mundo y llegar al primer mundo prometido por el
Presidente Vicente Fox.
Lo anterior me hace pecar de optimista,
así que vámonos poniendo pesimistas, los cuales como bien dicen son optimistas
bien informados. Las dadivas del gobierno representan menos del 1 porciento de
la recaudación de los dos principales impuestos el IVA y el ISR. La recaudación
del ISR Agropecuario significó el 0.83 porciento en el periodo de Enero a
Septiembre del 2002, por otro lado el IVA Agropecuario tuvo un valor del 0.65
porciento del total.
El gran favor de Hacienda solo va a
beneficiar a unos cuantos en el país, el pobre campesino, distinto al
agricultor que conste, el que ara la tierra con yunta de bueyes, el que siembra
su parcela de una o dos hectáreas, el
que no vende nada, ya que todo se lo
consume el mismo y su familia, ese no paga impuestos, por lo tanto no debe
impuestos, por lo cual nunca se vera beneficiado porque nada debe. Pero a el se
dirigirá la demagogia del gobierno actual, porque finalmente el será el
bendecido por sus decretos.
En cambio el agro titán, el cual
estrena Suburban cada año, ese si se vera beneficiado, por lo menos con lo que
ya no pagó ya se completa para su nueva camioneta 2003, y de paso le devuelven
algo de IVA para equiparla con rines, llantas taconudas y estereo. Mientras en
su campo el campesino o jornalero vive en miserables condiciones, con su
miserable paga y con una precaria salud contaminada por pesticidas y
fertilizantes.
Pero ese agricultor es el mas bueno
para llorar, cuando se viene sequía llora, cuando sube el diesel llora, cuando
sube la luz llora, cuando no hay jornalero llora, cuando el jornalero pide
llora, cuando viene el Presidente ¡llora más!. Y su llanto es eficaz porque
siempre lo cobijan y le dan.
El México de contrastes dista mucho de cambiar,
los mexicanos pensantes, como los cangrejos del balde, seguiremos jalando hacia
abajo iniciativas como estas mientras no sean equitativas y beneficien al total
de la población.
*Articulo publicado en la página editorial de el periódico El Imparcial el 8 de Enero del 2003.